Uno de los platos consistía en huevos cocidos, ¡madre mía como me gustan!, jeje
esta vez venían con sorpresa, bueno uno que nos dimos cuenta, yo como no los parto no se como saldrán, directamente lo pelo, no le pongo sal ni nada, no quiero que nada enmascare su sabor a huevo, jajaja.
Bueno que me voy del caso, al partir el huevo y comprobar que parecía la yema una guitarra, alguien a mi lado exclamo ¡ Un huevo con dos yemas, eso es suerte!, jajajaja, la suerte es que de un bocado me comería dos yemas, jajaja, pensé yo.El caso es que investigue y encontré la solución a este dilema:
Cuando la gallina genera dos óvulos simultáneamente, salen dos yemas, son como unos huevos gemelos y claro que son perfectamente comestibles, jajaja, además incluso han salido algunas veces huevos con tres yemas, el colmo de la felicidad para un tragón de yemas.
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